Twitter: @NachoJuanRules, colaborador de @RedesDeMetal
“The Dream”, así apodaban a uno de los mejores
“centers” de la historia del deporte de la canasta. Un jugador con un
juego de pies exquisito, probablemente el mejor de todos cuantos ha
habido en la mejor liga del mundo. Un “center” elegante, técnicamente
impoluto, que combinaba su brillante repertorio ofensivo con una
capacidad taponadora temible. Como muchos ya habréis observado, estoy
hablando de Hakeem Olajuwon, “el bailarín de claqué del Cotton Club”.
Durante
su adolescencia, Akeem (sin la “H” que se incluiría posteriomente en su
nombre por su ascendencia “Yoruba”) probó varios deportes. Desde muy
joven, Akeem destacó en el fútbol y en el balonmano gracias a la
superioridad física que tenía ante los demás chicos de su edad. Él mismo
afirma, que el hecho de haber jugado al fútbol en su juventud le ayudó
mucho de cara al baloncesto, ya que desarrolló una coordinación impropia
para un chico de su altura. Finalmente, a los 15 años, el joven
Olajuwon se decantó por el deporte que años después le haría
mundialmente famoso, el baloncesto.
Sus espectaculares
condiciones físicas y continua progresión llamaron mucho la atención a
varios ojeadores en Estados Unidos. Hakeem se dio cuenta de que el
baloncesto podría llegar a ser una gran salida en el futuro por lo que
decidió cruzar el charco destino a la ciudad donde pasaría gran parte de
su carrera, Houston.
En la Universidad de Houston se juntaría
con el que sería uno de sus grandes amigos, el mítico Clyde Drexler.
Juntos, formaron la temible y célebre “Phi Slamma Jamma”, famosa por su
baloncesto alegre y espectacular que les dio a conocer por todo el
país. Durante su etapa en los Cougars, Olajuwon ayudó a que su equipo se
clasificara para la final de la NCAA tres años consecutivos, cayendo
derrotados ante los Tar Heels de Nort Carolina en 1982, ante North
Carolina State en 1983 y ante Georgetown en 1984 (esta vez sin Drexler,
quien ya estaba en la NBA). Akeem ya se había dado a conocer como uno
de los jugadores interiores más prometedores de la nación.
Finalmente,
Olajuwon se presentó al Draft de 1984, donde fue elegido en el primer
puesto por los Houston Rockets. Aquel Draft se recordaría como uno de
los más prolíficos de la historia, al salir elegidos jugadores de la
talla de John Stockton, Charles Barkley y el gran Michael Jordan.
La
llegada de Olajuwon a los Rockets provocó que se empezara hablar de la
pareja interior que formaría con Ralph Sampson. Poco después, al
prometedora dupla interior sería mundialmente conocida como las “Twin
Towers” (Torres Gemelas), llamados a devolver a la élite a unos Rockets
que tras la marcha del mítico Moses Malone, no habían levantado cabeza.
Las
“Twin Towers” tuvieron un impacto inmediato en la liga, consagrándose
como la pareja interior más temible de la NBA. Ambos formaron una pareja
de ensueño y lideraron al equipo para clasificarse para Playoffs tras
años de ausencia. Independientemente de su prematura eliminación,
Houston había dejado claro que lo mejor estaba por venir.
En la
temporada 85/86 las “Twin Towers” llevarían a los Houston Rockets a las
ansiadas finales de la NBA. A pesar del gran rendimiento de Hakeem y de
Sampson, poco pudieron hacer ante los temibles Celtics de Larry Bird que
se llevaron el título en el sexto partido.
Pero tras aquellas
finales, Ralph Sampson caería lesionado de gravedad, por lo que los
Rockets decidieron traspasarlo a los Warriors, lo que dejaba al joven
Olajuwon como estrella indiscutible de la franquicia tejana.
Durante
los años siguientes, Hakeem (como se llamaría oficialmente tras obtener
la nacionalidad estadounidense en el año 1993) se consagraría como uno
de los mejores jugadores del momento. Gracias a su ética de trabajo y
disciplina, fue mejorando año a año, perfeccionando sus infalibles
movimientos en el poste. Si por algo destacaba “The Dream”, era por su
exquisito movimiento de pies y amplio repertorio ofensivo que le
convertía en el jugador interior más peligroso de la liga. De hecho, su
amplio abanico de movimientos en el poste fue conocido años después
como “Dream Shake”.
En aquella época, se produjeron algunas
rivalidades para el recuerdo. Como olvidar esos espectaculares duelos
entre Ewing y Hakeem (rivalidad que empezó en la universidad) o sus combates bajo los aros frente al “Almirante” David Robinson.
No
había duda de que Olajuwon se había asentado meritoriamente en la élite
de la liga, ya eran muchos los que le consideraban el mejor pívot de su
generación junto con David Robinson. Pero había algo que aún le faltaba
al “center” nigeriano, el ansiado anillo de la NBA.
Pero todo
cambió en la temporada 84/85. Los Rockets habían conseguido formar un
sólido bloque con el que acompañar a “The Dream” al título. Junto a
jugadores como Vernon Maxwell, Robert Horry, Otis Thorpe, Kenny Smith o
Sam Cassell, los Houston Rockets se volvían a plantar en las “Finales de
la NBA”, esta vez frente a los New York Knicks de Pat Ewing. Los dos
equipos libraron una lucha épica, en la que hubo que llegar al séptimo
partido para decidir el vencedor de la final. Muchos recuerdan ese
decisivo tapón de Hakeem a un triple de John Starks en el sexto partido
que hubiera valido la victoria para los neoyorquinos, pero de la mano de
un brillante Olajuwon, los Rockets remontaron la serie y se llevaron el
título de la NBA a casa. Hakeem Olajuwon se convertía así en uno de los
pocos jugadores en la historia en conseguir el MVP de la temporada
regular, el anillo de campeón y el propio MVP de las finales.
Tras
una gloriosa temporada, Hakeem no se daba por satisfecho, sabía que
tras la retirada de Jordan, era su oportunidad para hacer historia y así
fue. Manteniendo el bloque de la temporada anterior, los Rockets se
volvieron a plantar en las Finales tras un épico duelo frente a los
Spurs de Robinson que ganaría el propio Hakeem. Después de la serie,
Robinson afirmó que era casi imposible parar a Olajuwon aun teniendo la
ayuda de uno de los mejores defensores de la liga, Dennis Rodman.
Esta vez, “The Dream” se enfrentaba al que muchos denominaban como su
sucesor, Shaquille O’Neal. A pesar de la gran temporada de “Shaq” con
los Magic, acabaron siendo barridos por Hakeem y compañía por un
contundente 4-0.
La gloria de los Rockets acabó tan pronto como
“MJ” volviera a las canchas. Aquellos Bulls dominaron la liga durante
los años siguientes consiguiendo su segundo “three-peat” y poco pudieron
hacer los demás equipos para frenarles. A pesar de los esfuerzos
de los Rockets por mantener una plantilla competitiva (llegaron a
reunir a Barkley, Pippen, Drexler y a Hakeem en el mismo equipo), los
años empezaban a pesar demasiado a Olajuwon. Poco a poco, Hakeem empezó a
sufrir una lenta decadencia. Por ello, los Rockets decidieron empezar a
reconstruir la plantilla con jugadores jóvenes como Cuttino Mobley o
Steve Francis, por lo que Hakeem fue traspasado a los Toronto Raptors.
A
pesar de no ser el que era, en la franquicia canadiense pudimos
disfrutar de los que serían sus últimos partidos como profesional.
Finalmente,
Hakeem Olajuwon anunciaba su retirada del baloncesto a los 39 años de
edad. Poco después de su retirada, los Houston Rockets retiraron su
camiseta con el dorsa nº 34.
Se retiraba así uno de los mejores
jugadores de la historia de este deporte. Un “center” inolvidable, que
hacía la deleite de todos los presentes con su elegante e infalible
“Dream Shake” que le convirtió en uno de los mayores dominadores bajo
los aros. Además, suponía un muro infranqueable en defensa, con un
“timing” perfecto que le consagraría como uno de los mejores taponadores
de la historia de la NBA.
Un jugador que salió de Lagos para
labrarse un futuro prometedor en el baloncesto y perseguir el siempre
ansiado “sueño americano”. Hakeem Olajuwon, “The Dream”.
Artículo escrito por Nacho Juan Gracia.
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