17 nov 2012

OJ Mayo, en la senda del éxito.


Twitter: @91Vic3n

Ovinton J’Anthony Mayo (1987) creció con la vitola de estrella en ciernes a sus espaldas. No era para menos, su periplo en High School había dejado boquiabierta a la prensa especializada, como atestiguan los numerosos premios que recibió en aquella etapa y las portadas en protagonizó, destacando sobre el resto la de la prestigiosa revista Slam. De hecho fue de los primeros damnificados por la norma que impulsó David Stern que limitaba el acceso a la mejor liga del mundo a todos aquellos que no hubieran cumplido 19 años. Así que decidió enrolarse en los troyans de Southern California durante una temporada con óptimo rendimiento.

Paralelamente el bueno de OJ había tenido ciertos problemas con la justicia. Eso unido al hecho de que su año universitario fue bueno pero sin acercarse a la excelencia de su etapa colegial quizá fuera lo que provocó cierto escepticismo con respecto al papel que podía desarrollar en la Nba. Finalmente fue elegido en el número 3 del draft de 2008 por los Memphis Grizzlies, un equipo en reconstrucción tras el controvertido traspaso de Pau Gasol y con Rudy Gay como proyecto de jugador franquicia.

Su año rookie disipó muchas dudas. Sus 18 puntos por partido fueron una gran carta de presentación, quedando sólo por debajo de Derrick Rose (Mvp en 2011, no lo olvidemos) en la votación de Rookie of the Year.

Sin embargo los más críticos empezaron a advertir que OJ Mayo jamás dominaría una cancha de baloncesto de la manera que apuntaba en su etapa colegial.
Podía anotar y asistir de manera solvente pero no daba la sensación de dar ese paso que separa a los buenos jugadores de las auténticas superestrellas. A ello ayudaba cierta indefinición entre las posiciones de base y escolta. Pero lo peor, decían, era que se trataba de un problema esencialmente mental.

A partir de su segunda temporada OJ pareció empeñado en darles la razón, con un descenso muy gradual de rendimiento. Comenzaron a surgir rumores acerca de problemas entre él y un Rudy Gay que por aquellas fechas era un jugador mucho más ególatra de lo que es hoy en día.

Las dos jóvenes estrellas habían apuntado muy buenas maneras la temporada anterior y paralelamente los egos se habían disparado. Con todo sus números estuvieron realmente cerca de los conseguidos en su año rookie. Nada hacía preveer lo que sucedería en su tercera temporada.

En la 2010-2011 Mayo y Memphis siguieron trayectorias diametralmente opuestas. La franquicia fichó al probablemente mejor defensor exterior de toda la liga como Tony Allen y el gran damnificado con su llegada fue el combo guard de West Virginia. Pasó de 38 a 26 minutos y de 17,5 a 11,3 puntos por partido, pero, sobre todo, perdió la titularidad a favor de Allen. Lo peor para OJ fue que esa maniobra de Lionel Hollins se demostró como un completo acierto. Memphis se coló in extremis en playoffs y una vez allí protagonizó una sorpresa histórica eliminando al número uno del Oeste, los intratables San Antonio Spurs. Mayo fue protagonista secundario de aquella gesta que llevaría aún a Memphis a forzar el séptimo partido en la serie contra los emergentes Ocklahoma City Thunder. Tampoco ayudó nada el positivo por esteroides que se le detectó en un control a finales del mes de enero y que le acarreó una suspensión de 10 partidos. 



En aquella época la revista Slam, la misma que lo había elevado a los altares años antes titulaba “El cielo era el límite” y cerraba el artículo con una frase demoledora : “no creímos que lo fuera”.

Así las cosas, dejó de ser un jugador fundamental para Memphis y su nombre se vió envuelto en numerosos rumores de traspaso, que de hecho no llegaron a cristalizar porque las negociaciones se cerraron cuando se había sobrepasado la fecha límite de traspasos. Este fue el caso del trade que lo enviaba a Indiana a cambio del mediocre Josh McRoberts y un por aquel entonces infrautilizado Brandon Rush. Quedaba claro que la confianza en él era mínima en el estado de Tenessee.

En esta tesitura llega el verano de 2011, el del lockout que puso en serio peligro la continuidad de la liga. Finalmente todo se soluciona al límite y la liga comienza el día de Navidad. Su nombre vuelve a estar inmerso en rumores de traspaso y suena para los míticos Celtics. Sin embargo nada se concreta y OJ Mayo juega su último año antes de ser agente libre en Memphis. ¿Será ése estímulo suficiente para subir nuevamente sus prestaciones y volver por sus fueros?

A juzgar por lo visto al comienzo de campaña, no. Su rendimiento es igual de mediocre que en la campaña precedente y ya nadie espera mucho del californiano. Parece resignado a un papel secundario que no le impide eso sí dar muestras de su talento cada vez que tiene oportunidad.

Sin embargo, tras el parón por el All Star, parece que algo ha cambiado en Mayo. Emulando a James Harden se convierte en un sexto hombre decisivo y termina en cancha todos los partidos con grandes actuaciones y anotando canastas que ganan partidos para Memphis. Mayo da muestras de estar al fin completamente integrado en la dinámica de los Grizzlies y estos lo agradecían mejorando sensiblemente el récord de la temporada anterior, consiguiendo una cómoda cuarta plaza en la durísima Conferencia Oeste. El rival en primera ronda serían los Clippers y Mayo quería seguir la buena inercia de final de temporada.

El primer partido era dominado claramente por Memphis en el tercer cuarto y Mayo estaba haciendo un buen partido que acabaría con 17 puntos y 4 triples. Su mejor partido en su corta carrera en playoffs tendría un final inesperado e histórico: los Clippers culminaban una remontada de 20 puntos en un cuarto ante el colapso generalizado de unos Grizzlies que quedaron tocados para toda la serie en ese partido.

Con todo, tirando de casta lograron forzar el séptimo partido en casa tras llegar a ir 3-1 abajo. Todo a favor, pero volvieron a fallar ante su público y ante un auténtico recital de Chris Paul. Tras aquel primer partido Mayo no levantó cabeza, acabando con unos pírricos 8 puntos y un ridículo 27% de acierto en tiros. Aquello supuso el triste broche final a su etapa en Memphis.

En el mercado de agentes libres Mayo era un jugador interesante pero también una auténtica incógnita, justo lo que hizo que fuera Mark Cuban y no otro el que apostase por él.

Un contrato de 2 años y 8 millones en total, con la opción para el jugador de salir al mercado al final de la primera temporada, es lo que firmó Mayo con la franquicia tejana.
Llega a unos Dallas que poco se parecen a los que consiguieron el anillo en 2010, salvo por el siempre necesario Marion y el en opinión de muchos mejor jugador europeo de toda la historia y megaestrella Nba Dirk Nowitzki.

Un equipo de playoffs pero sin rango de aspirante al anillo.

La temporada además se torció muy rápido, con unos problemas en la rodilla de Dirk que dejaban a Dallas sin su faro durante 6 semanas. Al poco tiempo Marion se sumó a la lista de inactivos. ¿Quién asumiría el liderazgo de un equipo por acoplar?
Efectivamente, apareció el mejor OJ Mayo conocido para liderar a los Mavs a un sorprendente balance de 4-1 incluyendo 2 partidos consecutivos de 30 puntos, algo que nadie conseguía en Dallas salvo la estrella alemana desde hacía más de 5 años. La sorpresa inicial se desvaneció ligermanete y los Mavs volvieron a la realidad para colocarse con un decente 5-4, lo que no ha impedido que OJ siga a un excelente nivel y se sitúe con unos promedios de 22 puntos, rozando el 50% en tiros de campo y registrando un estratosférico 58,5% en triples.

Pero más allá de los números desprende la sensación de sentirse importante en su rol de escolta titular, seleccionando bien los tiros y dando muestras de gran madurez en su juego. Quizá todo se deba al deseo de salir al mercado este verano y poder así aspirar a un contrato más acorde con su nivel.

Incluso es muy probable que sus números se resientan conforme pasen los partidos y reaparezca Nowitzki, obligando a nuestro protagonista a ceder los focos al jugador franquicia, pero lo más importante es que en su quinta temporada en la liga parece que por fin OJ Mayo ha cogido el camino correcto para convertirse un jugador de referencia en la mejor liga del mundo. ¿Por cuánto tiempo? 




Vicente Solano Gomez.